25 de Diciembre 1995
“¿Qué pedís para este Año Nuevo?”, le preguntaba siempre a mi abuelo cuando íbamos a visitarlo el 25 para brindar con él. Le preguntaba aunque yo para adentros ya tenía la respuesta perfecta.
“Fácil, amor, dinero y salud”… o mejor…“dinero, amor y salud” me decía casi olvidándome que mi abuelo ya había empezado a hablar. Y no se si él se dio cuenta que no lo escuchaba o si era una deformación de la edad pero repitió su respuesta, esta vez más fuerte.
“Salud.”
“¿Salud? Y, ¿amor, nonno? O mejor… ¡plata! Mejor pidamos plata.”
“No, Marinita, no. Lo importante es la salud.”
Ese era su deseo preferido. Y ya sea para su cumpleaños, Navidad o Año Nuevo, él siempre repetía lo mismo.
“¡Qué aburrido! ¿Salud? Yo pediría plata y con eso me pago los médicos”, pensaba mientras brindaba con él.
25 de Diciembre 2015
Estamos en otra casa, con otra gente que también es familia celebrando lo mismo que celebramos siempre.
“Mami, ¿y tu deseo?” dice con voz dulce Pedro mirándome a los ojos.
“Fácil, salud para todos”, contesto sin dudar y sonriendo con la imagen de mi abuelo en la cabeza.
“¡Salud, nonno, salud!” grito para mis adentros con la copa levantada al cielo mientras estallan los primeros fuegos artificiales.