Tengo que escribir

Nada va a ser diferente, mi laburo, la casa, los niños, «eso» que pasa mientras se pasa la vida… todo va a seguir igual.

No creo que me haga famosa ni creo que sea especialmente buena en esto.

Pero tengo que escribir.

Hace meses que no lo hago y hoy me llego la realización.

No soy Hemingway, no soy Tolkien, pero tengo que escribir.

Nada va a ser muy diferente de lo que es ahora, solo que me voy a sentir menos perdida.

Acabo de empezar.

3 comentarios en “Tengo que escribir”

  1. ¿Asi que quieres ser escritor?

    Si no te sale ardiendo de dentro,
    a pesar de todo,
    no lo hagas.
    A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
    y de tu mente y de tu boca
    y de tus tripas,
    no lo hagas.
    Si tienes que sentarte durante horas
    con la mirada fija en la pantalla del ordenador
    ó clavado en tu máquina de escribir
    buscando las palabras,
    no lo hagas.
    Si lo haces por dinero o fama,
    no lo hagas.
    Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
    no lo hagas.
    Si tienes que sentarte
    y reescribirlo una y otra vez,
    no lo hagas.
    Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
    no lo hagas.
    Si estás intentando escribir
    como cualquier otro, olvídalo.

    Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
    espera pacientemente.
    Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

    Si primero tienes que leerlo a tu esposa
    ó a tu novia ó a tu novio
    ó a tus padres ó a cualquiera,
    no estás preparado.

    No seas como tantos escritores,
    no seas como tantos miles de
    personas que se llaman a sí mismos escritores,
    no seas soso y aburrido y pretencioso,
    no te consumas en tu amor propio.
    Las bibliotecas del mundo
    bostezan hasta dormirse
    con esa gente.
    No seas uno de ellos.
    No lo hagas.
    A no ser que salga de tu alma
    como un cohete,
    a no ser que quedarte quieto
    pudiera llevarte a la locura,
    al suicidio o al asesinato,
    no lo hagas.
    A no ser que el sol dentro de ti
    esté quemando tus tripas, no lo hagas.
    Cuando sea verdaderamente el momento,
    y si has sido elegido,
    sucederá por sí solo y
    seguirá sucediendo hasta que mueras
    ó hasta que muera en ti.
    No hay otro camino.
    Y nunca lo hubo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *